miércoles, 11 de noviembre de 2009

Granada


Y terminamos comiendo en un restaurante francés en pleno Albaicín de Granada… minimalista y caro… pero realmente bueno, acogedor y de un trato excelente. Con una terraza en la parte superior que tenía unas vistas impresionantes de toda la Alhambra y Granada en general. A la izquierda y la derecha estaban los miradores típicos del Albaicín.

Salimos del Restaurante como entramos, entre risas y diversión. Realmente creo que han sido tres días sin parar de reír…. Después de un pequeño paseo entre casas encaladas y calles estrechas terminamos en la calle de las teterías.

Pasamos a una de ellas (en la que encontramos sitio) era una de las más pequeñas. No recuerdo bien el nombre de los tes que pedimos pero en concreto recuerdo el de uno que estaba realmente bueno “El país que no existe”. Acompañamos los tes de una shisha o cachimba de cereza. Tres horas estuvimos inmersos en nuestras historias, nuestras risas y haciendo varios amigos… a tod@s aquellos que iban sentándose a nuestro alrededor les involucrábamos en nuestras historias y juegos. La zona del Albaicín me recordó a mi querida Judería de Córdoba, se te contagiaba la magia, la historia y sientes la reminiscencia de esa pasada pero latente cultura nazarí.

Han sido tres días junto a tres de mis mejores amigos, Dani, Álvaro y Alex. La felicidad no se consigue con grandes golpes de suerte ni con grandes acontecimientos si no con los pequeños detalles del día a día, esas cosas tontas que nos hacen desternillarnos de risa. Parar en aquella gasolinera, bajo las estrellas, con la empanada que hizo la madre de Dani. Las risas cuando nos íbamos todos a una habitación y pasabamos las horas charlando. Cuando nos cargamos sin querer la puerta del armario de la habitación del hotel y los cuatro intentando encajarla de nuevo… y lo conseguimos!! cuando grabamos videos estúpidos como si fueran cortos y los veíamos una y otra vez sin poder parar de reír. Desayunar con aquellas granadinas hasta las diez de la mañana contando chistes y haciendo casi hasta monólogos que ni el mejor de los humoristas de el club de la comedia o el Paramount comedy! Tres noches sin parar de bailar y en especial la del Domingo con las chicas que conocimos ese mismo día por la tarde en el albaicín… Raquel, Ana, Rocio… como siempre, de mis viajes, me quedo con la gente que he conocido. La muchacha del gorro que como me vio a mi con el mío me dijo que si nos echábamos una foto juntos (saludos chicas garruchas!!). Me pareció curioso ese desparpajo con el que se acercó a mi y me dijo: “oye, te importa si nos echamos una foto juntos? Como los dos llevamos sombrero…”

La vida son dos días, el que naces y el que mueres y los que hay en medio son una obra de teatro la cual hay que intentar representar lo mejor posible, para que cuando llegue ese segundo día, en el momento en el que el telón baje, estés junto el resto de los actores que han formado parte de la obra y al hacer la última reverencia al público sientas que absolutamente todo, hasta los momentos difíciles, merecieron la pena.

- - Para vosotros, mis amigos - -

3 comentarios:

Sach dijo...

Es increible ver como, con el paso del tiempo, lo que de verdad recuerdas son esos pequeños momentos que surjen de la nada, sin siquiera preparalos, y que casualidad que siempre te pillan rodeado de la gente que quieres.

Que suerte que hayas podido disfrutarlos.

(PD- si un día sigues ese pedazo de coche que tienes te lleva un poco más para allá de Granada y llegas hasta Murcia, avísame que nos veamos. Aquí también hay alguna tetería pero te llevaré a otros sitios más típicos)

Unknown dijo...

Estos momentos de alegría no tiene precio y los buenos amigos también! Es una suerte muy grande poder disfrutar de ellos y tenerlos cerca! Lo digo porque tengo la mala suerte de tener mis grandes amigos lejos.,,

Xerenor dijo...

Sach! ten por seguro de que te haré una visita a Murcia, además no lo conozco y eso no puede ser! Te tomo la palabra eh? así que cuando menos te lo esperes tendrás un correo mio diciéndote: "que voy palla!!!!"

Miki pequeñaja! ya he hablado contigo por telefóno y cuando vuelvas de Italia nos tomamos algo, te tengo fichada y sabes que no me olvido de tí...